Mira que hoy es el partido me dijo mi viejo…
Y quizás pueda sonar parecido a como inicia Eduardo Sacheri, un gran escritor
el cual admiro mucho, al comenzar con uno de sus tantos relatos. Pero no, así
me lo dijo mi viejo esa tarde y se preparó para el partido.
Corría el año 1994 y el Rojo se enfrentaba a Huracán y claro
estaba que la década del 90 no había empezado bien para Independiente. Después del
título
en la temporada 88/89 los resultados no fueron buenos. Además, había que
buscarle un sustituto nada menos que al gran Ricardo “El Bocha” Bochini, que
dejaba el fútbol en Diciembre de 1991.
Recién en 1993 Independiente había logrado un subcampeonato en el
Clausura. En ese certamen se empezó a formar la base para lo que sería un gran
equipo que, el primer semestre del 94 había terminado en el cuarto lugar.
Miguel Ángel Brindisi tomó la posta para romper la racha adversa sin campeonatos.
A el Dt le costo encontrar el equipo. Por aquellos años el ganador de
un partido sumaba dos puntos, por eso la gran cantidad de empates en las
primeras fechas no dolieron demasiado. Un 2-3 en un encuentro muy emotivo sería
la única derrota en el torneo. También son recordados ese 2-0 ante Ferro que le
abrió las puertas al gran Albeiro “El Palomo” Usuriaga para empezar a ser ídolo
y aquel duro 2-1 contra Platense. Aunque los hinchas siempre recordaran el
final, con un equipo que aplastaba rivales; 4-0 a Banfiel, 5-1 a Gimnasia de La
Plata y esa inolvidable fecha final Vs Huracán.
“Mira que hoy es el partido…” dijo mi viejo que ya andaba nervioso y
ansioso para que llegue la hora del encuentro final.
Yo con identidad bien Roja siempre, desde la cuna, porque eso sí que me
lo heredó mi padre en la misma genética. El, jamás nunca nos puso una camiseta
a mi, ni a mis hermanos, y yo siempre dije que era del Rojo, por más que algún tío me
quería dar plata para que sea de otro club, yo jamás aceptaría venderme bajo
ningún precio, lo heredé, lo llevaba en la misma sangre; Siempre desde
chiquito, sin que nadie me de letra, le dije a la gente: “Yo soy de
Independiente desde antes de nacer…”, porque así lo sentía y así lo siento
hasta el día de hoy.
El partido comenzaba a las 15:00 horas, mi viejo desde ya temprano en
la mañana aprontando las cosas para el tradicional asado familiar del Domingo, estaba
como nervioso, ansioso para que llegue la hora. Recuerdo que como siempre el me
protegió, porque a mi corta edad, desde temprano en la mañana cantaba “Dale
campeón, dale campeón…” como que si la cosa ya estaba, pero mi viejo lo
advirtió, el se adelantó y me dijo:
“Mira que hoy no es fácil, venimos muy bien, somos locales,
la cancha va a estar repleta que no va a entrar un alfiler, pero al Globo con
solo empatar le alcanza para salir campeón”.
Mi mirada creo que fue de preocupación ante semejante cosa
que el me dijo al hacerme notar la realidad. Y vieron cuando son chicos y les
cortan la ilusión o lo que pensaron que era fácil tal vez no era tan fácil como
pensaban y puede ser que no lo logren. Y ahí, al ver mi cara, fue cuando rápidamente
me dijo: “Juan, quédate tranquilo que hoy vamos a dar lo mejor de nosotros,
porque así lo dice la historia, hoy Independiente va a dar su mejor batalla y
seguramente vamos a gritar: Dale campeón, dale campeón…”.
Quizás el lo dijo con un poco de miedo a fallarme, y
seguramente sin dudarlo y en voz baja le pidió a su padre (mi abuelo), en una
oración en silencio que desde el cielo le de una mano y que el Rojo pueda ganar,
así tu nieto puede dar la vuelta… porque si fuera por el seguro no lo
molestaba, pero estaba su hijo, ósea yo, un niño esperanzado y prendido a una
ilusión que si no se llegaba a dar iba a ser difícil contenerme o explicarme
del porque no se pudo o que la próxima vez será.
El momento esperado llegó, el partido comienza y veo a mi
viejo sobre la mesada de la cocina mirando la radio que estaba a un volumen bastante
alto. El la miraba como si ahí podía ver los jugadores cada vez que relataban
una jugada, porque en ese tiempo el partido era codificado y en casa no
teníamos el decodificador y lo escuchábamos por la radio.
Tanto no me acuerdo pero seguramente el, al leer este relato
me dirá esa tarde relataba fulano.
Yo me emocionaba cada vez que Independiente tenia la posición
del balón, y pensaba que ya era gol, porque vieron que en la radio no se porque
pero cada jugada por más normal que sea, es una tremenda jugada de gol.
Mi viejo pegadito a la radio mirándola, comiéndose las pocas
uñas que le quedaban. La Doble Visera estaba colmada de hinchas que esperaban
vivir una gran fiesta, como nosotros dese acá, en casa pero con el corazón en
la cancha.
El equipo titular
era: 1- Luis Islas; 2- Pablo Rotchen; 3- Luli Ríos; 4- Oscar Craviotto; 5-
Perico Pérez; 6- José Tiburcio
Serrizuela; 7- Gustavo Lopez; 8- Diego Cagna; 9- Albeiro Usuriaga; 10- Daniel
Garnero; 11- Sebastián Rambert.
Esa tarde iba a ser soñada, con cuatro gritos de goles: el
primero llegaría a través de “Pascualito” Rambert, después de un pase de
“Gustavito” Lopez.
El “Dani” Garnero con un tiro libre tremendo, hacia gritar el
segundo, después de colocar la pelota al ángulo; ahí donde suelen decir los
relatores que duermen las arañas.
El tercero llegaría otra vez después de una jugada de Gustavo
Lopez, Rambert de Palomita la cabecea, la pelota se desvía en un defensor de
Huracán que metería el gol en contra.
Y llegaría el cuarto y ultimo de esa tarde, después de un
centro de Diego Cagna, Garnero lo ve entrar solo a Gareca que había ingresado
en el 2do tiempo que le da a la pelota como viene para sentenciar el partido,
en un notable y aplastador triunfo de Independiente por 4 a 0.
El árbitro pita el final del partido… mi viejo festejando
eufórico, yo a su lado… agarró lo primero que tenia a mano color rojo, en esa
época no teníamos banderas del Rojo como tenemos ahora. Abrió el cajón donde se
guardan los manteles, saco uno todo de color Rojo que a su alrededor tenia un
detalle de un bordado de hilo blanco; Ese mantel que mi vieja usaba solo en
ocasiones especiales y esa si que lo era, sin dudas que mejor ocasión especial
para usarlo que esa y salimos de caravana por el centro de la ciudad que esa
tarde de 1994 se teñiría de Roja.
Ahora si, permiso Eduardo para tomar prestado el titulo de
ese tan hermoso cuento para darle final a esta humilde historia. Porque este
pequeño relato es una de las historias que recuerdo con “Independiente, mi
viejo y yo”.
PD:Feliz Dia Del Padre. Porque para mi el dia de.. es todos los dias, salvo que hay una fecha para recordarlo, pero yo rompo la estructura y hoy te lo recuerdo nuevamente! No se porque, pero me desperte a la madrugada y se me vino esto a la cabeza, este recuerdo como si fuera que paso ayer... así que bueno bien o mal lo escribí según me lo dictaba mi cabeza... este es mi humilde recuerdo de uno de esos tantos dias... Espero que te guste, un beso grande, te quiero mucho..... #MiViejoMeEnseño #DeLaCunaAlCajon